sábado, 26 de enero de 2013

Reflexiones de un pedagogo


Después de tres meses haciendo crítica del modelo político y socioeconómico y su plasmado en la esfera televisiva, donde me he podido expresar ampliamente y donde he encontrado un lugar donde poder reflexionar sobre las grandes desigualdades e injusticias que podemos ver por televisión, se podría decir que este blog está suponiendo para mí (y para mis compañeros) un espacio más en mi vida diaria. Una especie de dossier reflexivo, donde podemos abrirnos a la comunidad y donde podemos plasmar lo que podemos observar en un día cualquiera, en un momento determinado.


Por diversos motivos, tenemos que poner el blog en Stand-by, vamos a parar de publicar durante un tiempo indeterminado, quizás unos días, unas semanas, unos meses, quien sabe… aunque estoy seguro de que en el momento que lo retomemos vamos a cogerlo con más ganas, si cabe, de lo que lo hacemos actualmente. Empezamos con la experiencia por exigencias de una asignatura, pero, en contra de lo que suele suceder normalmente cuando algo se lleva a cabo de manera involuntaria, desde la primera semana ya tomamos el blog como algo nuestro, la adquisición de un compromiso para consigo mismos y para la comunidad, un lugar donde de verdad podíamos poner en liza todo lo que cada uno podía expresar.

Hoy no me centro en un tema concreto, sino que quiero hacer un análisis global de estos tres meses, en ellos he tratado, de manera superficial, asuntos como la manipulación que se lleva a cabo en las emisiones de la televisión pública y privada, en la influencia de capital económico (tanto privado como público) con el fin de influir con diversos intereses ideológicos, de modelo social, etc., en la conciencia de los ciudadanos, mediante un currículo la mayoría de las veces oculto y otras descaradamente mostrado.

Fundamentalmente, todo el recorrido que he llevado a cabo gira en torno a lo mismo, al concepto de educación que se está transmitiendo e inculcando, y preguntarse si verdaderamente es el idóneo en una sociedad posmoderna. Vemos que este modelo no atiende a fijarse como objetivo conseguir el modelo perfecto de ciudadano como agente socializado y en comunidad, sino más bien atiende a reflejar en la sociedad un modelo que incita a la competitividad, al individualismo, al consumo por el consumo, etc…

Para cerrar estas líneas, quiero creer que un modelo social justo e igualitario no solo puede darse en nuestros sueños, sino que puede plasmarse en la sociedad y que en un futuro no muy lejano, estas concepciones utópicas no serán más que algo cotidiano, común, del día-día. Espero que la próxima vez que escriba una publicación en el blog se haya avanzado en algo de esto, y espero que se muy pronto…

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