Después de tres meses haciendo
crítica del modelo político y socioeconómico y su plasmado en la esfera
televisiva, donde me he podido expresar ampliamente y donde he encontrado un
lugar donde poder reflexionar sobre las grandes desigualdades e injusticias que
podemos ver por televisión, se podría decir que este blog está suponiendo para
mí (y para mis compañeros) un espacio más en mi vida diaria. Una especie de
dossier reflexivo, donde podemos abrirnos a la comunidad y donde podemos
plasmar lo que podemos observar en un día cualquiera, en un momento
determinado.
Por diversos motivos, tenemos que
poner el blog en Stand-by, vamos a parar de publicar durante un tiempo
indeterminado, quizás unos días, unas semanas, unos meses, quien sabe… aunque
estoy seguro de que en el momento que lo retomemos vamos a cogerlo con más
ganas, si cabe, de lo que lo hacemos actualmente. Empezamos con la experiencia
por exigencias de una asignatura, pero, en contra de lo que suele suceder
normalmente cuando algo se lleva a cabo de manera involuntaria, desde la
primera semana ya tomamos el blog como algo nuestro, la adquisición de un
compromiso para consigo mismos y para la comunidad, un lugar donde de verdad
podíamos poner en liza todo lo que cada uno podía expresar.
Hoy no me centro en un tema
concreto, sino que quiero hacer un análisis global de estos tres meses, en
ellos he tratado, de manera superficial, asuntos como la manipulación que se
lleva a cabo en las emisiones de la televisión pública y privada, en la
influencia de capital económico (tanto privado como público) con el fin de
influir con diversos intereses ideológicos, de modelo social, etc., en la
conciencia de los ciudadanos, mediante un currículo la mayoría de las veces
oculto y otras descaradamente mostrado.
Fundamentalmente, todo el
recorrido que he llevado a cabo gira en torno a lo mismo, al concepto de
educación que se está transmitiendo e inculcando, y preguntarse si
verdaderamente es el idóneo en una sociedad posmoderna. Vemos que este modelo
no atiende a fijarse como objetivo conseguir el modelo perfecto de ciudadano
como agente socializado y en comunidad, sino más bien atiende a reflejar en la
sociedad un modelo que incita a la competitividad, al individualismo, al
consumo por el consumo, etc…
Para cerrar estas líneas, quiero
creer que un modelo social justo e igualitario no solo puede darse en nuestros
sueños, sino que puede plasmarse en la sociedad y que en un futuro no muy
lejano, estas concepciones utópicas no serán más que algo cotidiano, común, del
día-día. Espero que la próxima vez que escriba una publicación en el blog se
haya avanzado en algo de esto, y espero que se muy pronto…
0 comentarios:
Publicar un comentario