Si paseamos por la calle,
escuchamos las conversaciones que suelen darse en cualquier punto de nuestro
barrio, pueblo o ciudad, o directamente observando los informativos de noticias
o cualquier medio de comunicación, se podría decir que no corren tiempos
dorados para el país, sobre todo en lo que concierne a la esfera política y
económica.
Desde que estalló la crisis,
podemos ver en las encuestas de población activa, que en la ciudadanía cada vez
se genera mayor rechazo a todo lo que tiene que ver con la esfera política y
económica. En las últimas que se han realizado, la desconfianza por los líderes
políticos está creciendo a niveles insospechados, donde sinceramente se llegan
a preguntar cuál es la labor que realizan y si verdaderamente cumplen con
las obligaciones que se le exigen. Realmente no se equivocan desconfiando de la
imagen que actualmente se tiene de la política, aunque verdaderamente la política
es indispensable en una sociedad, todos los ciudadanos debemos afrontar una
actitud política, ser críticos con lo que nos concierne, con lo que debemos de
tomar como propio, como nuestro.
Sin irme mucho por las ramas, la
imagen actual que se tiene de lo político está justificada, sin ir más lejos,
con el hecho de la corrupción o con el mensaje continuo a la sociedad de que
hay que “socializar las perdidas” para afrontar el pago de una deuda que no
hemos generado. En definitiva asuntos que están a la orden del día en el
territorio español. Es totalmente comprensible que los líderes políticos se
hayan convertido en una preocupación para buena parte de la sociedad española.
Una sociedad que está ya deteriorada viendo que lo que se les promete desde arriba
nunca lleva a producirse, perdiendo la confianza hasta el punto de pensar
seriamente si de verdad vivimos en una democracia, donde el modelo de
participación “una persona un voto”, se está empezando a cuestionar y a ver que
hace aguas por todos lados. Ya es hora de que a la ciudadanía se le de la
oportunidad de participar activamente en las decisiones que le incumben.
Para dar esa opción a la
sociedad, y que de verdad se de cuenta de que vivir en democracia es otra cosa
distinta a lo que se nos vende, es necesario que la concienciación empiece a
hacerse desde los medios de comunicación, que es en donde la gran mayoría de la
sociedad se mira para llevar a cabo muchas de sus acciones, voluntaria e
involuntariamente, mediante la transmisión de mensajes a veces de forma clara y
otras veces de manera “oculta”. No cabe duda, y como ya he dicho en otras
aportaciones, que el cambio tiene que venir desde abajo, desde la sociedad, ya
que desde arriba está comprobado que está condenado al fracaso.
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