No existen las medidas perfectas pero
parece ser que los anuncios nos empujan a creer lo contrario. Una cara lisa, un
cutis perfecto, un pelo brillante, un cuerpo de escándalo. La tecnología actual
es capaz de convertir a una mujer sencilla en una figura escultural, admirada o
envidiada por las demás mujeres y deseada por los hombres. Borrar las marcas de
envejecimiento de la cara de las mujeres tampoco es ningún problema hoy día.
Por desgracia, las excepciones no
abundan puesto que el canon de belleza idealizada y la importancia de la
apariencia física están muy arraigados social y culturalmente. Un ejemplo que
rompe con los estereotipos de mujer perfecta lo representa la marca de jabones
Dove y su campaña de publicidad anti celulítica, en las que las habituales
modelos femeninas son sustituidas por mujeres más reales y sin esa delgadez
extrema que caracteriza la publicidad actual.
Dove apuesta por una mujer sin
complejos, que desea cuidarse pero sin rayar la obsesión. Su cuerpo no es
perfecto, es real. Una ruptura que presenta a una figura femenina más acorde
con el modelo social existente.
Anuncio Dove por la Belleza Real
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