Esta semana os traigo una
película de dibujos animados de 1950, típica princesa Disney: La
Cenicienta. Es necesario tener en cuenta la época de la película
para entender el contexto desde el que proyectan los valores
fundamentales del film: la mujer como ama de casa. Resulta muy
difícil no darse cuenta de que Cenicienta está toda la película
limpiando, fregando, planchando, cosiendo... es decir, realizando
todo tipo de tareas del hogar. Por supuesto no queda ahí la cosa.
Empezamos la serie de
estereotipos diciendo que la chica, Cenicienta, es guapa (rubia, ojos
azules, labios carnosos, figura perfecta...) y buena, alegre y dócil,
limpia sin quejarse y es feliz. Por el contrario, sus hermanastras,
feas y malvadas, no hacen nada, ni siquiera cantan ni tocan la flauta
bien. También encontramos este antagonismo en el hada madrina, una
mujer adorable y rechoncha; y la madrastra, fría, cruel y con las
facciones muy marcadas. Como en todo, podemos encontrar esta
dicotomía entre el bien y el mal a lo largo de toda la película, no
sólo en dibujos animados, sino en la televisión en general. El gato
con el perro y el gato con los ratones son otra muestra de personajes
malos y buenos que se enfrentan entre sí.
Por otro lado y en
relación a los hombres de la película, podemos encontrar cómo,
aunque aparecen mucho menos, son quienes poseen el poder. Las mujeres
o limpian o permanecen ociosas. El príncipe es, por supuesto, un
caballero de muy buen ver con una sonrisa perfecta. El desencadenante
de la película es que el rey quiere nietos y, para eso, necesita
encontrar una doncella que se case con su hijo y se los proporcione.
Se pone a las mujeres como unas mantenidas, ya que ninguna de ellas,
a pesar de estar mal económicamente, se propone trabajar. Además,
queda de relieve la importancia del aspecto externo para las mujeres,
maquillándose y hablando de harapos/vestidos bonitos, joyas...
Al empezar la película
se aclara que el padre le busca una madrastra a Cenicienta ya que él
no puede atender sus necesidades. Otro ejemplo claro de la mujer como
soporte de la familia. La función reproductora de la mujer se
refleja con claridad en el baile donde las mujeres son expuestas como
objetos, sin importar de donde vengan, ni cómo sean, tal y como dice
el rey. Me ha llamado la atención especialmente un momento de la
película en el que los animales iban a coser un vestido para
Cenicienta. Las ratonas con mucha claridad han mandado a los ratones
a traer las herramientas ¡ellos no cosen!: “eso es cosa de
mujeres”.
Cenicienta se somete al
poder de la madrastra y de sus hermanastras, aceptando todo lo que le
mandan, aun siendo esta jerarquía absurda ya que ella debería ser
la legítima dueña de su casa. Hasta los animales, ratones y pájaros
se dan cuenta de que se aprovechan de ella. De hecho, Cenicienta vive
soñando con hacer sus sueños realidad, encontrar el amor... Tiene
fe, pero no hace nada por conseguirlo, sólo esperar. Cuando llega el
momento de reunirse con el príncipe, todo el entorno es idílico: un
palacio de tamaño desmesurado, un paisaje encantador, la música y
la pareja perfecta... Todo un ideal de romanticismo. Un momento...
¿romanticismo? ¡Si no saben ni sus nombres! Bueno, ya se conocerán,
tienen toda la vida por delante: “y vivieron felices para
¿siempre?”.
Muy buena crítica!! Cada semana consigues que vea la base de mi infancia, más oscura jajaja
ResponderEliminar+1 al comentario anterior.
ResponderEliminarme ayudo a hacer mi tarea
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