miércoles, 5 de diciembre de 2012

LA PUBLICIDAD Y LOS JUGUETES


En las fechas en las que estamos, cerca de la época más entrañable del año, veo conveniente hacer referencia a los anuncios de juguetes que vemos todos los días y a todas horas por la televisión y en donde los niños y niñas se ven bombardeados constantemente, sin causarles heridas físicas, pero sí dejándoles unas marcas muy profundas y duraderas.
El lenguaje, el tipo de imagen o el sonido son algunas de las herramientas utilizadas para captar la atención de los más pequeños de la casa y de los no tan pequeños.
El sexo de los niños se sigue poniendo de manifiesto para asignar diferencialmente uno u otro tipo de juguete. Mientras que a las niñas se les muestra en los anuncios mayoritariamente imitando comportamientos afectivos, domésticos y de cuidado personal y en pocos casos se les invita a  realizar otro tipo de actividades y en el caso de los niños no se le suele producir cambios en lo que se refiere a los roles tradicionales asignados. A la niña se le sitúa en un escenario como la casa, donde la libertad de movimiento es reducida y al niño se le sitúa en escenarios como la calle, el parque…, manifestando comportamiento totalmente masculinos de acción, competición, aventura…, a diferencia de las niñas cuya función sigue siendo afectiva y/o doméstica.
Otro motivo de diferenciación  es la voz femenina que sale en los anuncios de las niñas y masculina en los anuncios dirigidos a los niños.
Algunas medidas que se podían tomar al respecto, es que los programas infantiles no deberían de promocionar juguetes, ya que pueden influir en los menores. Que no se explote la credulidad del niño y su confianza en ídolos juveniles (presentadores, actores, músicos…), utilizando a estos para que los niños compren sus productos y se debería de evitar las imágenes simuladas del juguete ya que pueden crear confusión en los menores en cuanto al tamaño, posibilidades del juego, movimiento, etc.

Dicho todo esto, os pongo dos vídeos, uno de un anuncio de juguete de “niñas” y otro de “niños” para que podáis corroborar todo lo expuesto anteriormente.

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