En las fechas en las que estamos,
cerca de la época más entrañable del año, veo conveniente hacer referencia a
los anuncios de juguetes que vemos todos los días y a todas horas por la
televisión y en donde los niños y niñas se ven bombardeados constantemente, sin
causarles heridas físicas, pero sí dejándoles unas marcas muy profundas y
duraderas.
El lenguaje, el tipo de imagen o el
sonido son algunas de las herramientas utilizadas para captar la atención de
los más pequeños de la casa y de los no tan pequeños.
El sexo de los niños se sigue
poniendo de manifiesto para asignar diferencialmente uno u otro tipo de
juguete. Mientras que a las niñas se les muestra en los anuncios
mayoritariamente imitando comportamientos afectivos, domésticos y de cuidado
personal y en pocos casos se les invita a
realizar otro tipo de actividades y en el caso de los niños no se le
suele producir cambios en lo que se refiere a los roles tradicionales
asignados. A la niña se le sitúa en un escenario como la casa, donde la
libertad de movimiento es reducida y al niño se le sitúa en escenarios como la
calle, el parque…, manifestando comportamiento totalmente masculinos de acción,
competición, aventura…, a diferencia de las niñas cuya función sigue siendo
afectiva y/o doméstica.
Otro motivo de diferenciación es la voz femenina que sale en los anuncios
de las niñas y masculina en los anuncios dirigidos a los niños.
Algunas medidas que se podían tomar
al respecto, es que los programas infantiles no deberían de promocionar
juguetes, ya que pueden influir en los menores. Que no se explote la credulidad
del niño y su confianza en ídolos juveniles (presentadores, actores, músicos…),
utilizando a estos para que los niños compren sus productos y se debería de evitar
las imágenes simuladas del juguete ya que pueden crear confusión en los menores
en cuanto al tamaño, posibilidades del juego, movimiento, etc.
Dicho todo esto, os pongo dos vídeos,
uno de un anuncio de juguete de “niñas” y otro de “niños” para que podáis
corroborar todo lo expuesto anteriormente.
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