El tema que me centra hoy está
bien fresco, ya que la noticia saltaba en el día de ayer a los medios de
comunicación y yo, personalmente, me quedaba atónito ante la pasividad
reflejada en los medios ante una noticia de tal magnitud por su carácter antisocial
y antidemocrático. Sobre todo en los informativos de los medios de carácter mas
neoliberal y neoconservador.
La noticia trataba sobre un
comunicado de la OCDE
(OECD en sus siglas en inglés), la Organización para la cooperación y el Desarrollo
Económico, una organización de cooperación internacional, compuesta por 34
estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas socioeconómicas y cuyo lema
es: “Mejores políticas para una vida mejor”. Creo que habría que analizar
seriamente el verdadero sentido de dicha organización, porque precisamente no
busca el bienestar económico de los ciudadanos, sino de grandes corporaciones
internacionales.
En su visita a España en el día
de ayer, Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE , pedía al gobierno español otra subida del
IVA, endurecer más las pensiones y abaratar más los despidos. Parece mentira
que se pidan más ajustes de este tipo cuando estamos sufriendo las consecuencias
de las mismas con más recesión y más paro. Medidas que, solo con hacer una
lectura superficial, se deduce que favorecen a grandes empresarios y a grandes
multinacionales. Entonces, si vemos que estas políticas no son las adecuadas,
¿tiene sentido alguno la labor internacional de la OCDE en lo que respecta al
ciudadano? La respuesta es un NO tajante. Estas medidas, de aplicarse, generarían
más desigualdad social de la que ha generado la crisis desde 2008. El autentico
caballo de batalla de los últimos años, donde las políticas de austeridad están
beneficiando a los que más tienen y desprotegiendo cada vez más a los que
tienen menos recursos.
Visto esto, ¿Cuál debería de ser
la labor de los medios de comunicación, si su función es informar debidamente
al ciudadano? No cabría otra que denunciar públicamente dichas afirmaciones y
corresponder debidamente a la sociedad solo defendiendo medidas que sirvan para
generar bienestar social. Otra cosa muy distinta es que eso se haga o se vaya a
hacer, que ya está comprobado que no. Parece que no queda otra que seguir
aguantando el aluvión y seguir denunciando estas acciones desde la cultura de
base, desde la calle, ya que desde arriba nunca obtendremos esa denuncia.